Turismo literario. El enclave favorito de Pablo Neruda.
Estoy en Isla Negra ( aunque no se trata de una isla en su significado literal ). Es la Casa de Pablo Neruda ( 1904- 1973 ), la morada preferida del poeta, escritor y político chileno galardonado en 1971 con el Premio Nobel de Literatura. Su creación poética es considerada una de las más sobresalientes de la literatura mundial del siglo XX. El Océano Pacífico se impone sobre las negras rocas, la fantasía junto con el asombro ornamentan sus muros, logrando ubicarme en un gran territorio de literatura, viajes y libertad creadora.

“ Y fue a esa edad…Llegó la poesía
a buscarme. No sé, no sé de dónde
salió, de invierno o río.
No sé cómo ni cuándo,
no, no eran voces, no eran
palabras, ni silencio,
pero desde una calle me llamaba,
desde las ramas de la noche,
de pronto entre los otros,
entre fuegos violentos
o regresando solo,
allí estaba sin rostro
y me tocaba”.
Para llegar a Isla Negra, hemos cruzado la majestuosa Cordillera de los Andes, a través del Complejo Fronterizo Los Libertadores, el Cristo Redentor. Es el cruce por la ruta que bordea al Aconcagua ( Argentina ), el pico más alto de América y el más alto del planeta después de los Himalayas, en Asia. Por allí, se desemboca directamente en la región de Valparaíso ( Chile ), zona de patrimonios culturales, ambientales, históricos y turísticos de sumo valor.

En el denominado Litoral de las Artes y los Poetas se ubica la Casa Museo de Neruda, donde se instaló cuando regresaba de uno de sus tantos viajes fuera del país trasandino, el año 1937. Buscaba un lugar para escribir su afamado libro “Canto General”. El sitio fue comprado en 1938 a un antiguo navegante español que recaló en la zona tras el hundimiento de su buque.
“… Era a media tarde, llegamos a caballo por aquellas soledades… – recuerda el poeta en su libro «Una casa en la arena!-… Don Eladio iba delante, vadeando el estero de Córdoba (…) Por primera vez sentí como una punzada este olor a invierno marino, mezcla de boldo y arena salada, algas y cardos…”(1)
La Casa del Nobel nos recibe con viento, con mucho viento de ola contra la costa rocosa, poca arena y mucha sal, a borbotones con la espuma.
EL VIENTO EN LA ISLA
“EL viento es un caballo:
óyelo cómo corre
por el mar, por el cielo.
Quiere llevarme: escucha
cómo recorre el mundo
para llevarme lejos.
Escóndeme en tus brazos
por esta noche sola,
mientras la lluvia rompe
contra el mar y la tierra
su boca innumerable.
Escucha cómo el viento
me llama galopando
para llevarme lejos.”


Publicó “Crepusculario”, “Veinte poemas de amor y una canción desesperada”, “Estravagario”, “Confieso que he vivido”, entre una vastísima creación literaria.
Gran parte de su legado cultural, de su vida privada y pública a través de la escritura y la militancia política se encuentra distribuido en salones o areas en esta Casa de Isla Negra, ( además de las viviendas “La Sebastiana” en Valparaíso y “La Chascona” en Santiago ).

El ingreso es el inicio a una verdadera travesía con forma de barco y océano: “Regresé de mis viajes, navegué construyendo la alegría”.

Una vez en el interior de Isla Negra, el recorrido por los diferentes ambientes es autoguiado. Por supuesto, cumplo con la exigencia de “No Fotos” adentro, ( norma aplicable a la mayoría de los museos ). Las fotos de interior son autoria de La Fundación Pablo Neruda (1 ). Esto me obliga a agudizar el oído y guardar todo en la memoria, prestar atención, entre cientos de colecciones de los lugares más recónditos del mundo.
Presiono “Play” en el dispositivo y siguiendo el folleto busco los puntos destacados de cada área residencial. Es como zambullirme en un mar de relatos e historias, voces e imágenes de una personalidad atrapante.


- Bienvenida
- Entrada
- Salón de los mascarones
- Living
Los mascarones de proa son los grandes protagonistas al principio, eran su pasión, cada uno obsesivamente con su nombre: por ejemplo, María Celeste, rescatada de un navío francés. Sus ojos son de loza y miran el horizonte. Dicen que llora en invierno pero su rostro sonríe cuando vuelve a salir el sol. Paso al Comedor, con su mesa para nueve comensales y un centro giratorio, que le permite ir sirviendo él mismo a sus invitados.


- Comedor
- Dormitorio
Luego, voy para arriba, al Dormitorio. Este lugar merece ralentizar la marcha, para imaginarlo al hombre poeta, al amante eterno, al que entregó el alma cuando se vino el atardecer.

El recinto es maravilloso, tiene una privilegiada vista hacia el mar, con el horizonte marino que brinda una panorámica difícil de abarcar. A través del grandioso ventanal, el Pacífico se vuelve infinito, con su estruendo en las tormentas y sus gaviotas en los días mansos. Allí, todo es intimidad, sus corbatas, la ropa, los sombreros, los zapatos y ¡el frack de la Ceremonia del Premio Nobel! Pablo Neruda se hace presente, se siente en la piel, se escucha de fondo.
Discurso Premio Nobel 1971.
“No hay soledad que sea inexpugnable. Todos los caminos llevan al mismo punto, a la comunicación de lo que somos”
“Mi casa está llena de palabras”.
La casa fue creciendo, “como la gente, como los árboles”, supo decir. Pablo Neruda, un hombre de mar y letras. De odas y profundidades. El PEZ es su símbolo, moviéndose en la costa, en los orígenes de la creación, entre las rocas negras y la orilla de Chile. Entre inicios y naufragios, con amigos o en la más absoluta soledad.
Ya estoy nuevamente en el exterior, en la postal icónica, el Campanil. Campanil y el Bote (7)

“No hay nada como la palabra campana si la colgamos frente al mar”.


Abajo del dormitorio, en la Cantina (8), hay toda clase de botellas, con formas de animales, botes, instrumentos musicales. En las vigas del techo quedaron grabados los nombres de sus amigos, a quienes invitaba para compartir lo que se tuviera para convidar.


“Podrán cortar todas las flores pero no podrán detener la primavera”
Un poeta sensible con el mundo interior, sus escritos eran en general autorreferenciales, con introspectiva hacia el amor, la nostalgia, el erotismo y el romanticismo. No obstante, entre la diplomacia y la agitada vida política, su poesía no descuidó el ambiente social y convulsionado de la época. Neruda se transformó en un poeta de alto grado de consciencia social y militante. Se solidarizó con la lucha obrera, estudiantil y popular. Cuestionó fuertemente la guerra y el poder de las oligarquías.
“Me has dado la fraternidad hacia el que no conozco
Me has agregado la fuerza de todos los que viven
Me has vuelto a dar la patria como en un nacimiento
Me has dado la libertad que no tiene el solitario
Me enseñaste a encender la bondad, como el fuego
Me diste la rectitud que necesita el árbol
Me enseñaste a ver la unidad y la diferencia de los hombres
Me mostraste como el dolor de un ser ha muerto en la victoria de todos
Me enseñaste a dormir en las camas duras de mis hermanos
Me hiciste construir sobre la realidad como sobre una roca
Me hiciste adversario del malvado y muro del frenético
Me has hecho ver la claridad del mundo y la posibilidad de la alegría
Me has hecho indestructible porque contigo no termino en mí mismo”

Miró y le escribió especialmente al continente americano. Le dedicó sus palabras a Machu Pichu, un monumento de la humanidad que busca un destino común. La identidad y la historia común de los pueblos navegan sus obras. La crítica y la denuncia contra los abusos del sistema también fueron su preocupación y hasta motivo de exilio, la clandestinidad en una cordillera que fue testigo de la persecución.
Siguiendo con el recorrido por la casa, la visita me introduce en el Pasillo de las Máscaras (9) repletas de rituales, con botellas que contiene barcos veleros y cristalería multicolor. El poeta veneraba la naturaleza, le gustaba coleccionar toda clase de insectos y mariposas, le asombraba su perfección.

La Casa Museo deleita a cada paso, como sus poemas, tantos logrados en este lugar, su lugar de trabajo y creación, un espacio que vibra con el increíble Escritorio (10). Se trata de un lugar exquisito, con vista al mar y un retrato de Charles Baudelaire, el poeta francés a quien admiraba.
Luego, se pasa a la Sala de Estar ( 11 ) y la Biblioteca ( 12 ), rincones que atesoran una increíble caja de música que aún funciona, objetos de su lejana infancia y un gran mural de piedra, minucioso, preciso, tan dinámico como el mar de sus amores.
Y me sigo topando con más mascarones de proa, la famosa estatua “Guillermina”, que “por suerte –dijo Neruda- no era una santa!”. Continúo la visita, voy derecho hacia La Sala de las Caracolas (15 ) y su nacar, los estribos, el globo terráqueo, los lavatorios, y finalmente, antes de terminar, la Sala del Caballo (13) rescatado en Temuco por sus amigos y los telares de las artesanas locales.


La audioguía marca el final del viaje por el mundo interior del poeta. Ingreso a La Covacha ( 14 ), al sur de la casa, con muros cubiertos de corteza de árbol y techo de zinc, para sentir la lluvia. Allí guardó Neruda el pupitre de su padre, un obrero ferroviario que no estaba de acuerdo con la vocación poeta de su hijo de alma rebelde. El vapor del ingreso a la casa y el silbato también le recuerdan a su padre.

Sobre este otro particular escritorio, descansa un catalejo, ubicado sobre un tablón de madera, traído por las olas del mar hasta la playa, frente al ventanal luminoso donde termina el recorrido. Es una habitación con techos bajos, pisos de madera crujiente, que dan salida al jardín del poeta, donde se encuentra su tumba, acompañado de su última mujer, Matilde Urrutia.

El amor era su brújula y la metáfora su modo de reflejar el mundo cotidiano, con lenguaje coloquial para rescatar el asombro por los objetos de la vida diaria. Allí le encontraba el alma, la tierra y el espíritu de todo. Faros y naufragios, muelles y olvido. Pablo Neruda jugaba con las palabras, en libertad y fantasía. Era un estado de su alma en lenguaje figurado.

Me ganó en su casa el asombro, con semejante collage de objetos que brindan un efecto estético de fragmentos, tal vez sin un sentido último, sino múltiples significados. Enigmático, no siempre entendible pero provocador de emociones. Por momentos, Pablo Neruda me hizo vivir una desconexión con el mundo, fuera de lo utilitario, no todo bello, ni elegante, no siempre iluminado, sino mas bien por momentos oscuro e intimista. Logró comunicarme la esencia libre del arte, una ruptura en la mente, una comunicación de vanguardia, una revolución emocional.
Con esto, finalmente, confieso que en Isla Negra, el Nobel, me ha revivido.
Ana Claudia Simes – 2023-


Poema XX.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo:
«La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.»
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
…Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y estos sean los últimos versos que yo le escribo.
Pablo Neruda, de Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924)


En pocas líneas, su vida
Pablo Neruda, es el seudónimo de Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto. Nacido el 12 de julio de 1904 en Parral, en la región chilena de Maule. Su madre murió sólo un mes más tarde de que naciera él, momento en que su padre, un empleado ferroviario, se instaló en Temuco, donde el joven Pablo Neruda cursó sus primeros estudios. Allí encontró gran inspiración en el entorno natural de bosques, ríos, lagos y montañas. En 1920 conoció a la célebre Gabriela Mistral. Por entonces, ella era directora del Liceo de Niñas de Temuco. Poetisa, diplomática, profesora y pedagoga chilena. La primera mujer iberoamericana en recibir el Premio Nobel de la Literatura (1945 ). De ella, Neruda supo decir que fue quien le hizo leer los primeros grandes nombres de la literatura rusa que tanta influencia tuvieron sobre él.
Muy joven, Pablo Neruda se trasladó a Santiago para cursar estudios de profesor de francés. Colaboraba en revistas y publicaciones literarias. Alcanzó fama internacional con “Veinte poemas de amor y una canción desesperada” ( 1924 ).
Pablo Neruda se casó tres veces: La primera vez fue con Maryka Antonieta Hagenaar Vogelzang, ( 1930 ) Nació su única hija Malva Marina quien sufría de hidrocefalia y finalmente falleció . La segunda vez, contrajo matrimonio con la argentina Delia del Carril, relación que duró unos 20 años, hasta que Neruda huye de Chile debido a que se convirtió en el blanco de persecuciones, por el gobierno de ese entonces, el cual se encontraba presidido por Gabriel González. La tercera y última esposa que tuvo el poeta, era una hermosa cantante y escritora chilena llamada Matilde Urrutia, se casaron en el año 1966. Para Neruda ella era la fuente principal de sus hermosos poemas, fue quien estuvo con él hasta el último día de su vida..
El 11 de septiembre de 1973 un golpe de Estado derrocó al Presidente Salvador Allende, quien encontró la muerte de manera violenta. La casa de Neruda en Santiago fue saqueada y sus libros incendiados, por lo que su salud se resintió y el 19 de septiembre fue trasladado de urgencia desde su residencia en Isla Negra a la clínica Santa María en Santiago de Chile, donde falleció doce días después, el 23 de septiembre de 1973, a los 69 años de edad a causa de un cáncer de próstata.

“Vamos, poema de amor, levántate de entre los vidrios rotos, que ha llegado la hora de cantar.
Ayúdame, poema de amor, a restablecer la integridad, a cantar sobre el dolor.
Es verdad que el mundo no se limpia de guerra, no se lava de sangre, no se corrige del odio. Es verdad.
Pero es igualmente verdad que nos acercamos a una evidencia: los violentos se reflejan en el espejo del mundo y su rostro no es hermoso ni para ellos mismos.
Y sigo creyendo en la posibilidad del amor. Tengo la certidumbre del entendimiento entre los seres humanos, logrado sobre los dolores, sobre la sangre y sobre los cristales quebrados.”
PABLO NERUDA


(1) https://fundacionneruda.org/museos-casa-museo-isla-negra/
TU LUGAR EN LAS SIERRAS DE CÓRDOBA – ARGENTINA

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