
La gran BASILICA DE SAN PEDRO, el centro y corazón de la cristiandad, la iglesia más grande del mundo, centro de peregrinación cristiana , emblema de Italia como símbolo artístico, turístico, religioso masivo y mundial, se alza sobre el lugar de la sepultura de quien fuera el apóstol preferido de Jesús. Por su fe, Pedro murió martirizado en el cercano circo de Calígula durante la persecución de los cristianos emprendida en el año 64 d.C. por Nerón.
“Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”. Se dice que no fue sobre un hombre ( Pedro ) sino sobre la CONFESIÓN DE FE que Pedro hizo en Jesús ( «Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios vivo» (Mateo 16, 16) ), el motivo por el cual Cristo edificaría su Iglesia sobre quien es considerado el primer Papa de la Iglesia Católica.

«Tú eres Pedro, y sobre ésta piedra edificaré mi Iglesia, le dijo Jesús, y el poder de la muerte no prevalecerá contra ella. Yo te daré las llaves del Reino de los Cielos”. A esta frase se debe que Pedro haya sido históricamente caracterizado en la iconografía del arte con las llaves que simbolizan el reino de Dios. ( También por un gallo, que recuerda sus negaciones, la cruz que es emblema de su martirio, el báculo que se le atribuye como pastor y también el pez, símbolo de la promesa de Jesús de Nazaret de hacerlo «pescador de hombres». )

En el año 313, el Emperador CONSTANTINO dictó un Edicto que decretaba la libertad de culto y cese de persecución a los cristianos y en el 324 comenzó la construcción del edificio sacro, colocando el altar mayor en la vertical exacta sobre la tumba del apóstol Pedro. Constantino fue educado en la adoración del dios sol, cuyo símbolo portaba y cuyo culto estaba asociado oficialmente al del emperador. Su conversión, de acuerdo con Eusebio de Cesarea en su «Vita Constantini«, fue el resultado inmediato de un presagio antes de su victoria en la batalla del Puente Milvio en el año 312. La visiones de Constantino han sido relatadas de maneras diferentes, pero la más sobresaliente es la que dice que “alrededor del mediodía, cuando el día ya comenzaba a declinar, vio con sus propios ojos el trofeo de una cruz de luz en los cielos, sobre el sol y con la inscripción: «In hoc signo vinces» («Con este signo vencerás»).
Así comienza la historia de poder del cristianismo desde la mismísima Roma, demostrado en el tiempo con la construcción del gran complejo arquitectónico que permanece emplazado en la CIUDAD DEL VATICANO, hoy el Estado soberano más pequeño del mundo, creado como tal en 1929, con 800 ciudadanos aproximadamente, en una superficie de 44 hectáreas, cuyas fronteras están delimitadas por las Murallas Leoninas, edificadas por el Papa León IV en el siglo IX y por la Plaza San Pedro. La ciudad se encuentra por completo en el interior del tejido urbano de Roma. El Papa ostenta los poderes Legislativo, Ejecutivo y Judicial, contando además con el Governatorato, un órgano ejecutivo y administrativo a cargo de un cardenal.
La Ciudad del Vaticano es el centro de la Iglesia Católica Romana y la sede del Papa quien no solo es el obispo de Roma y jefe de la Iglesia Católica Romana, sino también el jefe del Estado de la Ciudad del Vaticano. En 1984 el Vaticano fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

La más milenaria Basílica constantiniana comenzó en el siglo xv a mostrar hundimientos estructurales por lo que a partir de esa fecha empezaron las remodelaciones y nuevas construcciones para salvar el edificio a cargo de Donato Bramante, luego Urbino Rafael, seguido por Antonio de Sangallo y finalmente por Miguel Angel Buonarroti, diseñador la la colosal cúpula ( 136 mts alto, 42 de diámetro y 14000 toneladas ).

En el siglo XVII, Carlo Maderno dotó a la Basílica con tres naves ( longitud total de 218 mts ). En lo alto de la fachada se yergue la estatua de Cristo, los apóstoles y dos campanarios.

En 1657 se iniciaron las obras de la majestuosa columnata ( diseñada por Bernini ) que ciñe la gran plaza elíptica, como abrazando a la Basílica. En su interior, se destacan dos grandes fuentes y el obelisco egipcio ( transportado por el emperador Calígula ( 37-41 d.C ).
El interior de la Basílica es tan inmenso que aturde los sentidos de cualquier visitante, ya sea por su tamaño, altura y decoración, repleta de imágenes, esculturas famosas, altares y monumentos, información histórica y simbolismos.

Sin lugar a dudas, sobresale especialmente la grandiosa presencia del baldaquín ( 30 mts alto ) que Bernini erigió en el altar mayor anterior a otra obra de arte magnífica que es el relicario en bronce, coronado por rayos y nubes doradas rodeando la ventana en cuyo centro refulge la paloma del Espíritu Santo.

Hacia arriba, la majestuosa cúpula con ventanales mientras que bajo la nave central se encuentran la cripta, llamadas las Grutas Vaticanas y, más abajo, está la necrópolis ( tumbas, entre ellas, el Muro rojo, lugar de la sepultura de Pedro, con la antigua inscripción “Petros eni”, “Pedro está aquí”.

LOS MUSEOS VATICANOS
Por fuera, se divisa el Palacio Pontificio, ese conjunto de edificios que se fueron ampliando durante el paso de los siglos, conformando una gran muestra de arte escultural y arquitectónico, con frescos decorando paredes y techos que datan del siglo XIV. Todo esto se suma a la gran Pinacoteca, una de las mayores colecciones ( 463 obras ) de pintura italiana y europea del s. XII en adelante.

Entre otros espacios de exposición y muestra para los visitantes, se destacan el Patio de la Piña, de la Biblioteca y del Belvedere. Por otro lado, el Museo Chiaramonti y la Galería Lapidaria cuentan con una extensa colección de obras escultóricas de época romana y arte antiguo. El Museo Gregoriano Egipcio y Etrusco. Vale recorrer la Galería de los Candelabros, de los Tapices, la Galería de los Mapas Geográficos, con frescos que plasman hechos históricos de relevancia. El Museo Pio Cristiano, el Gregoriano Profano, el Misionero Etnológico, el Pabellón de los Carruajes y en los alrededores, los famosos Jardines Vaticanos…



Las Estancias de Rafael, Constantino y otros, con iconografías que giran en torno a conceptos de Verdad, Bien, Justicia y Belleza, con saberes de teología y filosofía, Música, Poesía y Política. Y el Apartamento Borja, residencia privada del Papa Alejandro VI ( 1492-1503 ), con diferentes salas muestras de la cultura de la época y Arte Contemporáneo ( VIncent Van Gogh, Pablo Picasso, Salvador Dali, entre otros, una colección del siglo XIX y XX como pocas en Italia.



Solo la Biblioteca Vaticana alberga una de las colecciones de documentos de mayor valor histórico, científico y cultural. Se puede acceder de manera presencial o virtual a través de la página web https://www.vaticanlibrary.va/ La renovación del acceso a la web de la Biblioteca del Papa se viene preparando desde hace tiempo y se caracteriza por una nueva disposición y un acceso más fácil a todos los contenidos y servicios que la enriquecen.

La CAPILLA SIXTINA.
La Capilla Sixtina es de origen medieval ( ampliada entre 1477 y 1481 ). La decoración de su interior, realizada por maestros del Renacimiento ( Perugino, Boticelli, Roselli, Gatta, Signorelli ) entre 1481 y 1483, constituye uno de los ciclos pictóricos sacros más complejos y profundos que existen.

Sus frescos, obra de diversos artistas y épocas, deben leerse como un todo, de manera contínua. Narran los grandes textos bíblicos, el Antiguo y Nuevo Testamento: la apuesta de Dios por la humanidad y su mensaje de salvación, desde la Creación del Génesis y el pacto establecido con el pueblo de Israel hasta la nueva alianza con el nacimiento de Cristo.

Los frescos de la colosal bóveda son obra de Miguel Angel Buonarroti ( 1508 – 1512 ) y por último, la grandiosa escena del Juicio Universal ( 1536 – 1541 ) de Miguel Angel prefigura el retorno final de Cristo Salvador y el destino de las almas: el Paraíso o el Infierno, en las diferentes interpretaciones del tiempo y la historia, con espacios terrenales y celestiales, no libres ni de polémicas o escándalos, también dignos de enjuiciar. En definitiva, todo plasmado en el arte como síntesis de un relato entre la humanidad y dios, de la certeza de la muerte, la salvación del amor y una inmensa fe en la resurrección, tal vez como la que Pedro supo manifestar.
Recorriendo tanto la Basílica o los Museos Vaticanos, se logra dismensionar el legado de los grandes artistas de los siglos pasados, tal como Miguel Angel en su «Creación de Adán». En esta obra maravillosa, supo transmitir el infinito poder del arte, las ideas, la cultura, la religión, ubicando al don de la creación exactamente en ese vacío que imaginó entre los dedos de Dios y de Adán, allí donde se origina, figurativamente y en un espacio de cientos de interpretaciones posibles, la creación del mundo, de todos los mundos, la creación del mismísmo poder.
Ana Claudia Simes

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